Cuando Cristiano Ronaldo y Lionel Messi dejaron la Liga española, el campeonato pareció quedarse huérfano. Se habían ido de LaLiga los dos futbolistas más dominantes de la última década y dos de los mejores de la historia.
Su partida coincidió también con el aparente cambió de estafeta de España hacia Inglaterra. Entre el Barcelona y el Real Madrid se habían repartido las últimas cinco Champions League hasta que los dos monstruos se fueron. Lo hizo primero Cristiano Ronaldo y lo siguió después Messi. Entonces Liverpool y Chelsea ganaron dos de las últimas tres.
Hoy ninguno de los dos parece capaz de acercarse a lo que no hace mucho era, aunque por ahora ambos siguen siendo la cara más vigente del futbol en el mundo. Pero en el Madrid y en el Barça aparecen ya nuevas ilusiones. Lo dos equipos presumen de presente y, sobre todo, se emocionan con el futuro.
El Real Madrid ya contaba desde hacía tiempo, de hecho, llegó al club al mismo tiempo que CR7, con el jugador que hoy levanta la mano para que se le reconozca como el mejor del mundo. Karim Benzema lleva muchos meses jugando a un nivel superlativo que se ha acentuado en las últimas semanas. El francés fue ya, para muchos, candidato a pelear el Balón de Oro la última temporada y, a estas alturas de la actual, cuesta trabajo pensar en quién pueda arrebatárselo. Benzema es casi por unanimidad el mejor futbolista del momento.
En el Barcelona la sonrisa ha vuelto antes de lo esperado. El equipo va camino a terminar su primera temporada sin el mejor futbolista de su historia. La marcha de Messi se combinó con un desastre directivo y una crisis económica brutal. El club parecía hundido y la espera para volver a verlo por sus fueros se antojaba larga. Pero la llegada de Xavi a la dirección técnica y la irrupción absoluta de dos casi niños, han devuelto al club a su lugar. Pedri con 19 años y Gavi con 17 son ya el presente, pero, sobre todo, el futuro del Barça, de España y del futbol.
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