Con sus actuaciones en este catálogo de partidos fuera de temporada Asensio le ha dado un manotazo al cartel de presunta sorpresa con el que llegó. En Praga jugó escorado a la izquierda, en Málaga lo hizo por la derecha y terminó el partido de falso ariete antes de dar muestras de agotamiento.
España encontró en Málaga un impagable bote de ilusión. En la grada habitaba una marea roja deseosa de ver a la selección. El apoyo lo encontró hasta el último segundo. Cuando la República Checa puso en problemas a su equipo.
El partido se estaba complicando para España hasta que un servicio de Koke fue medio controlado por Asensio, quien vio por el hombro a Carlos Soler. Le cedió el balón envuelto en gol y el interior lo aprovechó en una de sus especialidades, la aparición por sorpresa en el área.
Fue un tranquilizante para la selección española que no lo estaba pasando bien. Con varias pérdidas, los checos rozaron el mordisco.
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