Realizan un plan contra las drogas en los colegios de Madrid

Las adicciones de los jóvenes han entrado de lleno en la agenda política de la Comunidad de Madrid. La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, durante su intervención fue citando una retahíla, desde la anorexia y la bulimia hasta el consumo de pornografía pasando por los videojuegos, el juego o las drogas, que definió como “una carcoma para la sociedad. Y, por eso, el Gobierno regional tiene en funcionamiento y ampliará una estrategia para hacerle frente”.

“Madrid cuenta con un centro de prevención contra las adicciones en el Hospital Gregorio Marañón, una red de 23 Centro de Atención Integral a la Drogodependencia (CAID), 92 plazas en centros hospitalarios para quien sufra adicciones y una batería de programas de prevención y tratamiento frente a este problema. Pero ahora el foco estará en el ámbito educativo con la puesta en marcha de un Plan de Prevención del riesgo de consumo de drogas en los centros educativos que encabeza la Consejería de Educación en colaboración con las de Políticas Sociales y Sanidad”.

Que el Gobierno regional haya focalizado su estrategia en el consumo de drogas, señalan desde el departamento de Enrique Ossorio, se debe a que está ligado al aumento de bandas latinas y de actitudes violentas.

“Es una medida pionera en España que tres consejerías se unan para hacer frente a esta lacra, apuntan desde Educación sobre un plan que será de obligado cumplimiento para todos los colegios públicos y concertados de la región. Los centros privados también tendrán acceso a toda la información para ejecutarlo”.

La nueva estrategia de la Comunidad de Madrid constará de cuatro fases, siendo la primera la detección. Fuentes de la Consejería de Educación señalan que esto será labor tanto de los docentes cuando se encuentren «alguna situación sospechosa» como de los alumnos y los padres. Para ello, todos contarán con «un formulario anónimo» que se remitirá al equipo directivo del centro para que se inicie la investigación.

Desde el Gobierno regional señalan que es «imprescindible la comunicación con la familia» para que puedan aportar la información que permita detectar señales de alarma como conductas en los ámbitos más cercanos.

El segundo paso consistirá en una posible Intervención Educativa desde el centro, donde se contará con una Unidad de Convivencia formada por tres profesionales del colegio que comandaran las investigaciones. Esa será la tercera fase, que dará paso a la cuarta consistente en la derivación de los afectados a servicios externos especializados: las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, los Servicios Sociales, los CAID y a los centros sanitarios distribuidos por todo el territorio de la Comunidad de Madrid con unidades específicas.

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