El lunes, el centro de Madrid fue nuevamente testigo de una contundente manifestación encabezada por agricultores y ganaderos, quienes se congregaron para exigir mejoras sustanciales en su sector, especialmente en lo que respecta a la Política Agraria Común (PAC) y la reunión del Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea en Bruselas.
Convocados por las principales organizaciones agrarias del país, Asaja, COAG y UPA, miles de profesionales del campo, respaldados por una flota de tractores, tomaron las calles del centro de la capital española para hacer oír sus demandas tanto a nivel nacional como europeo.
El trasfondo de la protesta reflejó una creciente preocupación por la crisis que enfrenta el sector agrario, marcada por precios injustos que no cubren los costos de producción, importaciones desreguladas que socavan la competencia y una burocracia excesiva en la PAC que dificulta la viabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
“Los productos del campo se están vendiendo actualmente por un precio inferior al coste de producción y eso no puede mantener. Los agricultores no queremos vivir de ayudas, queremos que defiendan nuestros productos”, afirmó José María, un agricultor llegado desde Murcia, en medio de la manifestación.
A pesar de un pequeño episodio de tensión que derivó en una bifurcación de la marcha cuando un grupo de manifestantes se desvió para protestar frente al Ministerio de Sanidad, la protesta continuó su curso hasta la sede de la Comisión Europea en Madrid, donde se llevaron a cabo reclamos simbólicos, incluyendo la quema de muñecos de paja con las caras del presidente del Gobierno y el ministro de Agricultura.
Los líderes de las organizaciones agrarias insistieron en la necesidad de medidas concretas para abordar la crisis del sector y anunciaron nuevas acciones de protesta en otras regiones de España en los días siguientes, demostrando la determinación del sector agrario en su lucha por un futuro más justo y sostenible.
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