El Partido Popular ha identificado una oportunidad política en el malestar de la sociedad con respecto a la ley de amnistía. Desde su sede nacional y en varios territorios, se han llevado a cabo actos de protesta contra las concesiones al independentismo, como el reciente evento en Valencia que superó las expectativas de asistencia.
Los populares están utilizando encuestas internas que reflejan un aumento de apoyo social, en medio de las negociaciones del PSOE con Junts, ERC, Bildu y PNV. El PP busca liderar las protestas en las calles y canalizar el descontento, compitiendo con Vox en este terreno.
Según los presidentes territoriales del PP, el malestar crecerá aún más cuando Pedro Sánchez sea investido a cambio de la aprobación de la ley de amnistía y otros compromisos, ya que estas concesiones son más graves que intentos anteriores.
El partido se prepara para liderar las protestas tanto en el ámbito social como en el judicial. A pesar de la investigación por terrorismo a Carles Puigdemont, el PP considera que esta situación fortalece el argumento de Sánchez en favor de la amnistía, presentándolo como un acto de defensa ante jueces parciales.
Sin embargo, dentro del propio PP existen divisiones en cuanto a las protestas frente a la sede nacional del PSOE.
Mientras algunos dirigentes apoyan estas manifestaciones como un rechazo social a las decisiones del Partido Socialista, otros las rechazan, aunque defienden el derecho a expresar descontento siempre que sea pacífico y dentro de los límites legales.
La dirección nacional se distancia de la actuación de la expresidenta Esperanza Aguirre, argumentando que no es su modelo, pero recuerda que el PSOE también realizó protestas en la sede de Génova en el pasado.
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