La dinámica territorial y la búsqueda de un modelo político adecuado continúan siendo desafíos complejos en España. La propuesta de un nuevo modelo territorial presentada por el señor Urkullu ha generado debate, cuestionando su idoneidad en el contexto europeo. Se argumenta que Europa representa un compromiso común entre países, y la propuesta parece retroceder en lugar de avanzar.
Históricamente, se hace referencia a la Monarquía Hispánica de los Austrias y su sistema polisinodial, que se mantuvo hasta los Decretos de Nueva Planta en el siglo XVIII.
La actual Constitución de España, especialmente en su título VIII, estructura el territorio y establece los mecanismos para su reforma (artículos 167 y 168). La ordenación del territorio se convierte en un tema estratégico, con implicaciones políticas y económicas.
En contraste, las legislaciones francesas y alemanas se centran en el equilibrio territorial, priorizando la igualdad de oportunidades para todas las regiones. La Estrategia Territorial Europea de 1999 promueve un sistema policéntrico de ciudades y un enfoque de desarrollo equitativo.
Este enfoque difiere de los debates sobre nacionalismos periféricos en España, planteando la necesidad de una reflexión coherente sobre el modelo territorial, ya sea fortaleciendo la influencia europea o reconsiderando enfoques históricos.
El desafío radica en estructurar un modelo que promueva la convivencia y el desarrollo solidario en el territorio, evitando confrontaciones permanentes y garantizando la subsistencia de modelos culturales a largo plazo. Este debate es fundamental en la búsqueda de una solución que satisfaga las complejas demandas territoriales en el contexto actual.
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