El Congreso de los Diputados vivió un tenso debate este martes, al rechazar una propuesta del Partido Popular (PP) que buscaba modificar la ley electoral para impedir que los condenados por terrorismo pudieran presentarse a elecciones sin antes pedir perdón a sus víctimas. La iniciativa no prosperó, obteniendo 174 votos en contra frente a 169 a favor, con el respaldo de PP, Vox y UPN.
Durante la sesión, el diputado del PP, José Antonio Bermúdez de Castro, defendió la propuesta argumentando que “nadie que quiera mantener viva la memoria de una banda terrorista debería formar parte de las instituciones democráticas”. Desde su escaño, lanzó críticas hacia los seis diputados de EH Bildu, al insinuar que sus votos pondrían a prueba la sinceridad del compromiso de su partido con la legalidad, tras el acuerdo con el Tribunal Constitucional en 2011.
Mertxe Aizpurua, diputada de EH Bildu, respondió con ironía a los populares: “Son ingeniosos, pero poco originales”, asegurando que la intención del PP es utilizar este tipo de propuestas para evitar que partidos vascos y catalanes compitan en elecciones. Aizpurua advirtió: “Si jugamos con esas reglas, podríamos impedir que partidos como el suyo, con condenas por corrupción, puedan presentarse. No vayan por ahí, porque a esto podemos jugar todos.”
Tras la intervención de Aizpurua, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, tuvo que llamar al orden en varias ocasiones debido a los ánimos caldeados en la bancada del PP.
Los partidos aliados del Gobierno, como PNV, ERC, Junts y Sumar, acusaron al PP de “utilizar el fantasma de ETA” para ocultar la polémica votación de una ley que beneficiará a presos etarras al reconocer las penas cumplidas en otros países de la Unión Europea. Desde ERC, Francesc-Marc Álvaro pidió al PP asumir los errores sobre la convalidación de penas y no buscar chivos expiatorios.
Vox, aunque votó a favor de la iniciativa, criticó al PP por llegar tarde al debate sobre terrorismo. La socialista Rafaela Romero Pozo cerró la sesión visiblemente emocionada, recordando a los compañeros asesinados por ETA y reprochando al PP su instrumentalización del terrorismo: “Dejen la memoria en paz y los féretros de nuestros muertos. Nadie nos da lecciones de lucha contra el terrorismo.”
La propuesta fue finalmente rechazada por el Congreso, poniendo fin a un debate marcado por recriminaciones y viejas heridas políticas.
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