El rey emérito defiende su “herencia” democrática a España

El rey emérito Juan Carlos I ha reivindicado su papel en la llegada de la democracia España durante su reinado, pues ha asegurado que “no cayó del cielo”, al tiempo que ha lamentado que en la política española actual no reine el “espíritu de la Transición”. Lo ha asegurado en sendas entrevistas en el diario francés Le Figaro y el semanario Le Point con motivo de la publicación de su libro de memorias la próxima semana en Francia.

Ambos medios han visitado en Abu Dhabi al rey emérito, en su residencia en la pequeña isla de Nurai, cedida por el jeque de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed Ben Zayed poco antes de la publicación de Réconciliation. Mémoires. Juan Carlos I d´Espagne (Reconciliación. Memorias. Juan Carlos I de España), escrito por Laurence Debray y que está previsto que se publique en España a principios de diciembre por Planeta.

“¡La democracia española no cayó del cielo! La quise desde el principio, y mi libro cuenta esta historia”, asegura Juan Carlos I a Le Figaro, que explica el aplazamiento de un año en la publicación del libro por presiones y por el acuerdo de que coincidiese con el cincuentenario de la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975.

Don Juan Carlos aterriza esta noche en Vitoria. En los próximos días acudirá allí a sus habituales revisiones médicas. Después, según ha avanzado el diario El Mundo volará a Lisboa.

“Dar testimonio” de lo que vivió

Incluso revela que su hijo, el rey Felipe VI trató de disuadirle de escribir el libro, pero al final se decidió al ver que “poco a poco los hijos y los nietos de mis amigos no tenían la menor idea sobre Franco ni sobre la Transición democrática que siguió”.

Sin embargo, “los años 1970 no están tan lejos”, subraya, en vísperas de que el próximo 20 de noviembre se cumplan 50 años de la muerte de Franco y el 22 medio siglo de su llegada al trono. “Pensé que hacía falta dar el testimonio directo de lo que viví durante 39 años de servicio al país“, añade.

Con todo, tiene claro que su libro va a generar revuelo. “Voy a ser atacado, habrá que comprarse un escudo”, bromea el emérito, quien confía que sus memorias sirvan para exorcizar “nuestros demonios, que están regresando”.

“Tras cuarenta años de dictadura, le di a los españoles una democracia que sigue viva; es mi herencia“, declara, al recordar que cuando llegó al poder “tenía la brújula, pero no el plan” para llevar al país desde la dictadura de Franco hasta el régimen actual.

Franco y el 23F

Sobre Franco, que cree que proyectaba sobre él algún sentimiento “paternal” y, en su opinión, le hizo rey “para crear un régimen más abierto”, le dice a Le Figaro. Confiesa también la sensación de vértigo que sintió al encontrarse, a los 37 años, como monarca absoluto.

“Durante dos años, tuve todos los poderes. El poder de indultar o refrendar la pena de muerte. No tuve que hacerlo, gracias a Dios, porque en ese momento, si hubiera dicho que no, los generales me habrían derrocado”.

Asimismo el rey emérito relata que en una cena en el Palacio del Elíseo, organizada por Emmanuel Macron, con motivo del ingreso de su gran amigo el escritor Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa en 2023, el novelista Javier Cercas, le sugirió que si sentía simpatía por el golpe de Estado del 23-F, a lo que le respondió: ‘¿Cómo puedes creer que yo estuve involucrado?’.

En sus memorias, Juan Carlos I describe también la traición de uno de sus amigos más cercanos, el general Armada. “No hubo un golpe, sino tres golpes. El golpe de Tejero, el golpe de Armada y el golpe de los cargos electos cercanos al franquismo. Alfonso Armada estuvo a mi lado durante diecisiete años. Lo quería mucho, y él me traicionó. Convenció a los generales de que hablaba en mi nombre”, señala.

Quien fuera rey durante casi cuatro décadas explica que su padre, don Juan, le enseñó que debía “hablar y escuchar a aquellos” que no estaban de acuerdo con él y defiende que su carácter le permitió “ver a las personas de forma humana, no solo desde el punto de vista político”. “Era útil para mi país ser siempre un canal de comunicación y de intercambio”, destaca.

También habla de cómo se gestó la legalización del PCE y de su relación con Santiago Carrillo. Según explica, utilizó como canal para contactar con el líder comunista al entonces presidente de Rumanía, Nicolae Ceacescu, quien le comentó que este veraneaba en su país. El mensaje era “no desatéis una guerra civil tras la muerte de Franco, dadme tiempo para legalizaros”, algo que ocurrió en abril de 1977.

“Era una época en la que izquierda, y especialmente el Partido Comunista, respetaba las instituciones del Estado“, analiza el rey emérito. “Lamento que un cierto espíritu político, que denominamos el ‘espíritu de la Transición’ se haya perdido en detrimento de España y de sus intereses”, ha reconocido.

Añora España

Sobre su marcha a Abu Dhabi en agosto de 2020, Juan Carlos I explica que si se marchó tan lejos de España fue “para ayudar” a su hijo, Felipe VI, para “no obstaculizar el buen funcionamiento de la Corona”. “Busqué un lugar donde los periodistas de mi país no pudieran venir a encontrarme fácilmente”, añade.

En Abu Dhabi, Juan Carlos I admite que echa de menos España, a donde espera poder regresar. “Espero sobre todo, durante mi vida, tener una jubilación tranquila, renovar una relación armoniosa con mi hijo y, sobre todo, regresar a España, a mi hogar”, expresa el monarca en su libro, editado por Stock y algunos de cuyos extractos publica en exclusiva el semanario Le Point.

Desde que salió de España en 2020, el rey emérito asegura que apenas ha visto a familia, salvo a su nieto Froilán, que vive con él. “Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil. Estoy resignado, herido por una sensación de abandono. No puedo contener la emoción al pensar en ciertos miembros de mi familia para quienes ya no importo, y especialmente en España, que tanto echo de menos. Hay días de desesperación, de vacío”, lamenta.

Reconoce, eso sí, que fue “un grave error” haber aceptado el regalo de cien millones de dólares que le hizo el rey Abdulá de Arabia Saudí en agosto de 2008, pero apunta que “todos los procesos judiciales han sido desestimados” y no se le ha imputado “nada”, ni de la acusación de blanqueo de capitales ni de la denuncia por acoso de su examiga Corinna Larsen.

Y se lamenta de que nunca ha sido dueño de su destino: “Mi vida estuvo dictada por las exigencias de España y el trono. Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí”.

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