Junts y Podemos amenazan con complicar el otoño a Sánchez

Pedro Sánchez se ha ido de vacaciones, podría decirse, con la casa sin recoger. El último Pleno que se celebró en el Congreso de los Diputados fue la última muestra de su debilidad antes del parón estival. No pudo llevar a votación dos leyes que quería aprobar antes del verano y no pudo convalidar el decreto contra los apagones porque dos de sus socios de investidura, Podemos Junts, votaron junto al PP y a Vox para propinarle un otro golpe al Gobierno.

Ahora, el verano podrá servirle a Sánchez para descansar, pero no hay signos de que en septiembre el curso vaya a ser más llevadero. Apunta, de hecho, a todo lo contrario y tanto Junts como Podemos amenazan con complicarle el otoño al presidente del Gobierno.

Uno de los motivos es la dificultad que va a tener para sacar adelante los Presupuestos. Sánchez anunció el pasado lunes, durante la rueda de prensa en la que hizo balance del curso político, que presentará unas cuentas para 2026. Si lo quiere hacer en tiempo y forma, tendrá que llevarlas al Congreso en el mes de octubre y que se aprueben antes de finalizar el año.

El Gobierno es partidario de llevar los Presupuestos cuando más o menos tenga los apoyos amarrados, para así evitar que se los tumben, y Sánchez se mostró dispuesto a hablar con Carles Puigdemont para intentar convencerle. Incluso parece aceptar tomarse una fotografía con él, aunque esto es una hipótesis que se ha puesto encima de la mesa en varias ocasiones en los últimos años y nunca se ha llegado a materializar.

Más allá de la fotografía, desde Junts insisten en que el Gobierno tiene que cumplir sus compromisos para aprobarle los Presupuestos. Los principales son la amnistía efectiva para Puigdemont, la oficialidad del catalán en la Unión Europea y la transferencia efectiva de las competencias migratorias a Cataluña. Sin avances ahí, los postconvergentes tendrán difícil vender a su electorado el haber llegado a acuerdos con el Gobierno central.

Pero lo cierto es que lograr avances no depende de Sánchez. La amnistía en manos de la Justicia y la oficialidad del catalán requiere la unanimidad en la UE. Para agravar la situación, Podemos rechaza la cesión de las competencias migratorias, por lo que también dificulta esa tramitación.

El presidente del Gobierno tampoco cuenta con el apoyo de la formación morada para sacar adelante las cuentas de 2026. Ya en las últimas semanas, en el Congreso de los Diputados, cundía la sensación de que Podemos se estaba resistiendo más que Junts, por el intento de desmarcarse del resto de fuerzas de izquierda, y este martes ya culminó el desánimo en la Moncloa cuando escucharon las cuatro condiciones de Podemos para aprobar las cuentas.

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