Varias circunstancias recientes, tanto económicas como industriales, han provocado demoras en la necesaria renovación de los vehículos blindados BMR-625 VEC del Ejército de Tierra español, de los que aún operan alrededor de 150 unidades. Estos blindados, esenciales para las misiones de reconocimiento, requieren una sustitución que se antoja cada vez más urgente y que se ha empezado a hacer efectiva recientemente con la llegada de los primeros VCR 8×8 Dragon.
La premura de la Caballería para disponer de un nuevo vehículo de reconocimiento y combate ha sido el tema central de un reciente artículo publicado en el Memorial de Caballería. El subteniente Arteaga Jáñez, del Departamento de Técnica Militar de la Academia de Caballería de Valladolid, ha expuesto esta necesidad de manera detallada, tal como se recoge en el medio especializado Defensa.
El objetivo principal de este nuevo medio blindado sería operar por delante del despliegue propio, proporcionando información precisa que permita a los órganos de mando tomar decisiones oportunas en el campo de batalla. Este rol avanzado requiere características muy específicas para asegurar su eficacia y seguridad en entornos complejos.
Diseño y prestaciones clave para el nuevo blindado
Para cumplir con su cometido, la Caballería del Ejército de Tierra requeriría un vehículo con una movilidad muy buena y una potencia de fuego notable, según apuntan desde Defensa. Su blindaje debería ser suficiente, sin ser excesivo, para no comprometer su autonomía ni su agilidad. La configuración predilecta sería de ruedas, preferentemente 6×6, buscando mantener un peso máximo de 26 toneladas.
Los análisis preliminares de varios modelos posibles sitúan al 8×8 Freccia Plus de origen italiano como una opción destacada. Este tipo de plataforma ofrece versatilidad y capacidad para adaptarse a las exigencias operativas y doctrinales de la Caballería española.
El blindado de reconocimiento y combate de la Caballería debería tener capacidad para transportar a varios militares que podrían desembarcar para operaciones específicas. Estaría dotado con un cañón de 30 o 40 milímetros, con un alcance eficaz de 2 kilómetros, y un lanzador de misiles contracarro.
Este armamento potente le permitiría batir al adversario a mayor distancia, compensando parcialmente un menor blindaje. Se contempla una torre tripulada y la capacidad ABM (Air Burst Munition) para los proyectiles disparados por el cañón, lo que facilitaría hacer frente a drones o perforar obstáculos.