La nota diferencial del episodio de calor intenso que comenzó el lunes y al que, de momento, no se le ve fin.
Después de una jornada de lunes donde las temperaturas empezaron a subir en buena parte de la Península, dejando cifras por encima de los 30ºC en muchos puntos del país y alcanzando máximas superiores a los 42ºC en localidades como Montoro (Córdoba), el calor no dio tregua ni tras la puesta de sol.
Según atestiguan los registros de la Agencia Estatal de Meteorología, en Cáceres no se bajó de los 28ºC en ningún momento de la noche; en Jaén las mínimas fueron de casi 27ºC, y en Huelva, Badajoz y Cap de Creus (Girona), de 25,5ºC. Se trata de registros extremadamente altos para esta época del año y que, técnicamente, superan el umbral de noche tórrida (por encima de los 25ºC) y rozan el de noche infernal (a partir de los 30ºC).
Entre la noche del lunes y la madrugada del martes, casi 300 estaciones meteorológicas de todo el país registraron valores por encima de los 20ºC y, por lo tanto, del umbral de noche tropical. Entre estas destacan al menos una decena de localidades que durmieron a más de 25ºC como, por ejemplo, Sevilla, El Campillo o la Base naval de Rota en Cádiz.
En Catalunya se estima que al menos una veintena de localidades no bajaron de los 20ºC en ningún momento de la noche. Entre las mínimas más altas de la pasada noche destacan los 25,5ºC de Cap de Creus (Girona), los 23,1ºC de La Ràpita, los 22,6ºC de Portbou, los 22,9ºC del Raval de Barcelona y los 22,6ºC de Amposta.
Según explican los expertos, dormir bajo condiciones de elevado calor nocturno, sobre todo a partir de los 20ºC, puede dificultar el sueño y disparar los problemas de insomnio. Se sabe que el cuerpo humano necesita descender su temperatura central para conciliar el sueño y mantenerlo de forma reparadora.
Varios estudios en cronobiología y fisiología del sueño apuntan a que el exceso de calor interfiere con la producción de melatonina (la hormona que regula nuestros ritmos circadianos), dificulta el proceso de quedarse dormido y provoca microdespertares durante la noche, disminuyendo así la calidad del descanso.
También hay estudios que sugieren que durante estos episodios de calor aumentan los problemas generales de insomnio y otras alteraciones del sueño.
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