Los hogares unipersonales, cerca de convertirse en los más comunes de España

Los hogares compuestos por dos personas siguen siendo los más habituales en España, aunque cada vez están más cerca de ser superados por las viviendas unipersonales, que aumentan año tras año. De los cerca de 20 millones de hogares que hay en el país, el 29% están integrados por dos miembros, lo que mantiene a esta categoría como la más numerosa desde inicios de siglo. No obstante, las casas de un solo individuo ya alcanzan el 28% del total, a un solo punto de convertirse en la modalidad de residencia más común para los españoles.

Así lo refleja la última Estadística Continua de Población (ECP) del Instituto Nacional de Estadística, publicada en julio de 2025. Según el informe, en España hay 5.671.919 de viviendas en las que viven dos personas, frente a los 5.541.399 de hogares de un único miembro. La diferencia es de apenas 100.000 viviendas y, siguiendo la tendencia actual, es pertinente augurar que las unipersonales pronto se situarán en cabeza.

Este estudio del INE muestra cómo esa mayoría de hogares de dos miembros puede deberse a “la salida de los hijos de una vivienda familiar“, según ha detallado a EFE la doctora en Sociología por la Universidad de Alicante, María José Rodríguez. Otros factores pueden ser procesos sociodemográficos como “la infecundidad voluntaria“, la decisión de muchas parejas de no tener hijos. Además, hay que tener en cuenta que “no todas las personas que residen en un mismo hogar son una familia”.

Por otra parte, los hogares de cuatro o más convivientes ocupan el tercer escalón de la clasificación, con 4.483.729 de viviendas y un 23% del total. En cuarto lugar, la modalidad más infrecuente es la compuesta por tres personas, siendo un 20% del total con los 3.899.052 de domicilios. Entre otras configuraciones, esta última categoría está compuesta de forma habitual por dos padres y un único hijo.

El aumento de los hogares unipersonales

Aunque las residencias de dos personas siguen siendo mayoría, los datos muestran que la distancia entre el primer y segundo puesto se ha acortado en los últimos años, sumándose 1.006.299 hogares unipersonales nuevos desde el año 2014.

Históricamente, el aumento de las viviendas de un único miembro se debía principalmente al envejecimiento de la población y la mayor longevidad de las mujeres. Sin embargo, “actualmente se suman otros procesos no demográficos, como los culturales“, ha explicado Rodríguez. Algunos de estos factores son “la soltería por elección”, las parejas que no cohabitan en el mismo domicilio o los divorcios.

Diferencias entre comunidades autónomas

Aunque a nivel nacional prevalecen los hogares de dos personas, hay once comunidades autónomas en las que vivir solo es lo más frecuente: Aragón (con 173.213 viviendas de ese tipo), Asturias (156.508), Canarias (236.840), Cantabria, (76.700), Castilla y León (376.513), Castilla-La Mancha (244.532), Extremadura (140.816), Galicia (351.111), Navarra (78.916), País Vasco (300.150) y La Rioja (44.619).

Por su parte, en Andalucía (968.247), Islas Baleares (127.671), Cataluña (945.861), Comunidad Valenciana (643.300) y Comunidad de Madrid (783.916) el modelo mayoritario es el de dos personas.

En ninguna comunidad autónoma predomina el formato de tres miembros, siendo el tipo de hogar más atípico de la estadística. Sobre esta cuestión, la socióloga Sandra Corbella ha sostenido que las residencias de tres miembros son en su mayoría estructuras familiares que cambian con el tiempo “como parejas con un solo hijo a la espera de tener más“.

La excepción de Murcia, Ceuta y Melilla

En todas las comunidades ganan los hogares de una o dos personas, salvo en tres territorios. En el caso de Murcia, Ceuta y Melilla, predominan los hogares de cuatro o más personas, con un total de 170.201, 9.755 y 10.587 viviendas de este tipo, respectivamente. Esta anomalía dentro del conjunto nacional no responde a una causa única, según ha argumentado la experta, sino a diversos factores como la religión o las diferentes pautas de fecundidad, superiores en las familias inmigrantes.

Además, “en estos tres lugares la población es más joven que la media nacional, por lo que es más habitual encontrar familias con hijos y, en consecuencia, un tamaño medio del hogar mayor”, ha añadido.

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