El déficit de litio podría ser una de las claves en la aparición y el tratamiento del alzhéimer. Una investigación de la Escuela de Medicina de Harvard (Estados Unidos) ha revelado que la pérdida de este metal presente en el cerebro acelera el deterioro de la memoria, lo que abre la puerta a que este compuesto ayude con una patología que afecta a cerca de 400 millones de personas en el mundo.
El alzhéimer implica una serie de anomalías cerebrales, como acumulaciones de la proteína beta amiloide, ovillos neurofibrilares de la proteína tau y la pérdida de una proteína protectora llamada REST. Sin embargo, estas no explican al completo la aparición de la enfermedad, ya que algunas personas que las presentan no muestran signos de deterioro cognitivo.
El estudio de Harvard, publicado este miércoles en Nature, señala que la identificación de las causas de esta enfermedad ha logrado avances sustanciales en cuanto a las variantes genéticas, pero los factores ambientales, como la dieta, el estilo de vida y el medio ambiente, siguen siendo más desconocidas. En este contexto, señala que el litio –un compuesto que se produce de forma natural en el cerebro y lo protege de la neurodegeneración– podría ser una de las pistas para completar la historia en torno al alzhéimer.
Los resultados de la investigación, que tardaron 10 años en obtenerse, se basan en una serie de experimentos con ratones, en análisis de tejido cerebral humano y muestras de sangre de personas en diversas etapas de salud cognitiva. Por ello, los autores advierten de que se trata de experimentos preliminares, no extrapolables a humanos, y piden a la población que no empiece a consumir este tipo de compuestos por sí mismos.
El litio, el diferenciador entre pacientes sanos y con alzhéimer
“La idea de que la deficiencia de litio podría ser una causa de la enfermedad de alzhéimer es nueva y sugiere un enfoque terapéutico diferente”, afirma uno de los autores, Bruce Yankner, quien en la década de 1990 fue el primero en demostrar que la beta amiloide es tóxica. El estudio revelado este miércoles suscita “la esperanza” de que algún día los investigadores puedan utilizar el litio para tratar la enfermedad en su totalidad, en lugar de centrarse en un solo aspecto, como la proteína beta amiloide o la proteína tau, añade.
Uno de los principales descubrimientos del estudio es que, a medida que la beta amiloide comienza a formar depósitos en las primeras etapas de la demencia, tanto en humanos como en modelos animales, se une al litio, lo que reduce la función de este último en el cerebro. Los niveles más bajos de litio afectan a todos los tipos principales de células cerebrales y, en ratones, dan lugar a cambios que recapitulan la enfermedad de alzhéimer, incluida la pérdida de memoria.
Para el estudio, el equipo investigador utilizó un tipo avanzado de espectroscopia de masas para medir niveles de alrededor de 30 metales diferentes en el cerebro y la sangre de personas cognitivamente sanas, en una etapa temprana de demencia y otras con alzhéimer avanzado. El litio fue el único metal cuyos niveles fueron notablemente diferentes entre los grupos y que se alteró en las primeras etapas de la pérdida de memoria.
Sus niveles fueron elevados en los donantes cognitivamente sanos, pero muy reducidos en aquellos con deterioro leve o alzhéimer avanzado. Estos hallazgos fueron replicados en muestras obtenidas de múltiples bancos de cerebros de todo el país.
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