29 años de servicio fueron más que suficientes.

Ovacionan a un profesor en su jubilación.

La mayoría ha tenido alguna vez la fortuna de tener un profesor apasionado con una clara vocación para la enseñanza, con el que no solo se aprende sino también se disfruta y se le agarra cariño.

Cuando llegue el momento de su jubilación, estos profesores merecen el reconocimiento oportuno por sus años de fuerte dedicación y enseñanza. Un claro ejemplo es la despedida que realizó el Instituto Alaitz de Barañain, en Navarra, que realizó una emocionante ovación al profesor Koldo Ansa.

No solo eso, algunos de sus antiguos alumnos no perdieron la oportunidad para dedicar unas palabras al que alguna vez fue su maestro: “Koldo fue mi profesor, y doy fe de que todos los aplausos que se llevó fueron pocos. Qué alegría tan inmensa que se haya despedido así”.

La despedida que recibió Koldo Ansa deja en evidencia lo excelente profesor que fue en sus 29 años de carrera y la huella que ha dejado en el centro educativo y en sus alumnos.

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