A la gente joven le encanta los pueblos, si hay más servicios, vendrá más.

Universitarios comienzan a llenar la España vacía.

«Estoy en Urueña y no tengo ni una raya de cobertura», dice entre risas Manuel Alonso. Tiene 20 años y acaba de empezar sus primeras prácticas en el Centro Etnográfico Fundación Joaquín Díaz de la localidad vallisoletana, donde apenas viven 188 personas que le han recibido con los brazos abiertos. «Me han acogido muy bien», dice con estusiasmo.

En San Lorenzo de la Parrilla, en Cuenca, está María Sánchez desde hace solo unos días. «Hay poquita gente, no hay nada de ruido». En concreto, 1.040 vecinos. Ella hace las prácticas en el Grupo Avícola Rujamar, una productora de huevos en la que realizará labores de nutrición y sanidad animal.

 

La España que agoniza.

Arenas del Rey, en Granada, contaba en el año 2000 con 1979 habitantes, en 2021, su población había caído hasta los 624; Samoral, en Salamanca, registraba 327, ahora apenas llegan a los 124; Barjas, en León, ha visto menguar su población de 403 a 167; Villar de Humo, en Cuenca, contaba 466 habitantes, hoy apenas superan los 170…

Son sólo algunos ejemplos de la España que agoniza. Pese a que desde el año 2000 la población en nuestro país se ha incrementado en siete millones, el 60% de los municipios han perdido habitantes; casi el 40% lo han hecho en más de un 20%.

En el siguiente mapa, se muestra en rosa aquellos que pierden población y en verde los que ganan.

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