Unas 3,000 personas del ámbito sanitario catalán se manifestaron en dos protestas exigiendo mejoras laborales y expresando su descontento por el preacuerdo de condiciones de trabajo del Instituto Catalán de la Salud (ICS).
Las trabajadoras alegan condiciones laborales cada vez más complejas, con sobrecarga asistencial y mayores responsabilidades.
El sindicato de Enfermeras de Cataluña inició una huelga indefinida en respuesta al “menosprecio” del Departamento de Salud, convocando a personal del ICS y del sector concertado (SISCAT).
Otros sindicatos minoritarios también convocaron huelgas dirigidas a todas las categorías profesionales del ICS, acompañadas de manifestaciones que interrumpieron el tráfico en el centro de la ciudad.
Las consignas expresaban la indignación con los acuerdos y críticas a la situación laboral y económica, destacando la necesidad de reconocimiento y una reestructuración del servicio sanitario.
Las enfermeras demandan el reconocimiento de su papel crucial en el sistema sanitario y una reestructuración completa, señalando el aumento del deterioro de la salud mental y física de los profesionales.
Cinco sindicatos sanitarios tildaron el preacuerdo como un “insulto a toda la sanidad pública” y anunciaron presión para evitar su firma, argumentando “agravios comparativos” entre categorías.
A pesar de la huelga, se establecieron servicios mínimos para garantizar la atención urgente.
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