La selección de España de basquetbol se coronó campeona de Europa por cuarta vez al vencer a su similar de Francia 88-76 en lo que para muchos aficionados “era una misión imposible”.
Esta vez, la selección “roja” completó el sueño, lo que para muchos aficionados se podría considerar imposible, un triunfo incontestable en la final ante Francia (88-76) que le da la victoria en el Eurobasket.
La selección de España salió a la duela sin complejos, jugando de tú a tú a la que sobre el papel era la selección de basquetbol favorita. Rudy Gobert es uno de los mejores pívots del mundo y una estrella en la NBA, donde llegó a ser el jugador mejor pagado del mundo, pero Willy Hernangómez le superó una vez tras otra para darle a La Familia las primeras ventajas (14-5).
Un triple de Rudy dejó en la ventaja española tras el primer cuarto en nueve, y entonces llegó el momento de “Juancho”, que entró en trance. Enchufó dos canastas de tres consecutivas, y después otro más. Y luego otro. Francia estaba no queda, contra las cuerdas (29-14), y cuando hacía el amago de levantarse… seguía golpeando el alero español, que encadenó otros dos (41-22). ¿Era Juancho Hernangómez o Bo Cruz? Viendo su exhibición, con seis triples en el segundo cuarto, parecía más su personaje televisivo.
Su hermano Willy puso la diferencia por encima de la veintena de puntos (47-35), pero era demasiado bonito todo para ser verdad. Vincent Collet pidió un tiempo muerto y su equipo reaccionó, encadenado un parcial de 11-0 que dejaba todo en el aire para la segunda parte (47-37).
El paso por vestuarios no cambió el panorama. Francia había llegado a la final. Tarde, pero ya estaba en ella. Les bleus asfixiaron a una España que se quedó sin ideas y llegaron a ponerse a tres puntos (49-46) con un inspirado Yabusele, ahora era Sergio Scariolo el que tenía que parar el partido.
La reacción hispana llegó, y el ataque volvió a fluir con Willy, Brizuela y Lorenzo Brown. De nuevo, todos sumaban y la ventaja volvió a llegar a los diez puntos. Un gorrazo de Garuba puso el punto final al tercer cuarto, España lo tenía cerca, pero para nada cerrado (66-57).
La reacción de Francia tenía que llegar a través de individualidades, del talento de sus jugadores, y Fournier se puso manos a la obra. Pero enfrente estaba Juancho, que siguió con su inspiración anotadora. Un triple primero, otros dos puntos después, unos tiros libres más tarde… para los galos era utópico acercarse.
Y en los minutos finales, surgió el héroe anónimo, el trabajador convertido en estrella. La defensa de Alberto Díaz agobió a sus rivales, y dos triples seguidos del base de Unicaja cerró el encuentro, poniendo la ventaja en 15 puntos para La Familia (85-70).
El último minuto y medio fue casi un trámite, un quiero y no puedo de Francia España era, de nuevo, la campeona de Europa. Un título absolutamente inolvidable.
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