Poco a poco, a lo largo de la semana, las temperaturas van a ir escalando hasta alcanzar valores propios de lo más intenso del verano y, sí, aún estamos a mitad de junio. Ya decíamos que la temporada iba a ser dura y aquí tenemos la primera muestra: los termómetros superarán los 40 grados en el sur, el centro va a tener anomalías por encima de cinco grados de lo habitual y, en general, la península va a convertirse en un horno de leña. Otra vez.
El ‘horno ibérico’ se reactiva. La península ibérica tiene unas características geográficas muy concretas que facilitan, con determinadas condiciones meteorológicas, los procesos de “producción de calor” muy intensos. Cosas como la falta de nubosidad, el alto número de horas de sol, la estabilidad atmosférica (que hace que el calor quede atrapado e impide que se distribuya) y la falta de viento son algunos de los factores que dispara el calor en grandes regiones del país.
El culpable se llama Alex. La clave de todo este despropósito de temperaturas es un ciclón tropical y no es casualidad. La temporada de huracanes acaba de empezar y la primera tormenta tropical, Alex, ha resultado ser la más fuerte desde 2016. Esto es lo que “rompe” con las dinámicas atmosféricas usuales y enchufa aires más cálidos de lo normal (entre 5 y 10 grados). Pero, también, es lo que hace que nos temamos un verano movidito. Pero vayamos por partes.
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