El president en funciones de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha asegurado que en la tarde de la dana, concretamente a las 19.43, “nadie sabía que la gente se estaba ahogando” y que “no hubo conocimiento de las primeras pérdidas de vidas humanas hasta bien entrada la madrugada”.
Así se ha expresado durante su intervención este lunes en la comisión de investigación sobre las riadas del año pasado en el Congreso de los Diputados, en la que ha vuelto a negar que tuviera responsabilidad en la gestión de la emergencia y ha insistido en que las agencias del Gobierno no ofrecieron información sobre la magnitud de la tragedia: “Ojalá hubiéramos tenido la información de la gravedad de lo que estaba ocurriendo en el seno del Cecopi”.
“No éramos conscientes de lo que se estaba fraguando para el [barranco del] Poyo, nadie pudo preverlo, nadie dio la información en tiempo y forma”, ha recalcado, culpando de la falta de previsiones a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). El desbordamiento de este barranco fue el que causó la mayoría de las 229 víctimas mortales de las inundaciones de Valencia.
No contestó a Pradas porque tenía “el móvil en la mochila”
Después de que las víctimas inauguraran esta comisión de investigación, Mazón ha sido el primer político en comparecer en la Cámara Baja. Su intervención llega una semana después de la que tuvo lugar en Les Corts y dos semanas después de su dimisión como president de la Generalitat por la gestión de la catástrofe. También se da en un momento clave de la instrucción judicial, que cada vez estrecha más el cerco sobre su papel aquel 29-O, y en plena negociación con Vox sobre su sucesión en la Comunidad Valenciana.
Ha sido la primera comparecencia en la que ha tenido que responder en formato pregunta-respuesta a los diputados de nueve grupos parlamentarios, que en algunas ocasiones han protagonizado agrios enfrentamientos con el president valenciano. Prácticamente todos ellos, salvo PP y Vox -que han centrado su intervención en criticar al Gobierno-, le han acusado de mentir, en una comparecencia de cerca de tres horas bronca y llena de interrupciones.
La representante de Compromís, Àgueda Micó, le ha inquirido por qué no contestó a la exconsellera Salomé Pradas, responsable de Emergencias y máxima autoridad en el Cecopi, a las 19.10 y a las 19.35 de la tarde de la dana, en los momentos más críticos de la riada y después del fin de la comida en El Ventorro del jefe del Consell con la periodista Maribel Vilaplana.
Sobre la primera llamada, ha afirmado que quizá no contestó porque “estaba andando y tenía el móvil en la mochila”. “Puedo no haber escuchado una llamada, pero haber hecho 16, 17 o 18 llamadas para ir pidiendo información no me parece estar ausente”, ha defendido.
Sobre la otra llamada, ha contestado: “Entiendo que la de las 19.36 fuera difícil cogerla, igual estaba hablando con otras personas”, ya que habló con otros miembros del Cecopi como el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó.
“Nada hubiera cambiado si yo hubiera estado en el Cecopi”
Mazón no ha aclarado su paradero en los momentos más críticos de la riada, entre las 18.45, cuando acompañó a Vilaplana al parking donde ella tenía el vehículo, y las 20.28, cuando llegó al Cecopi. Se ha limitado a responder que fue al Palau de la Generalitat a pie desde el aparcamiento -un recorrido que lleva diez minutos- y que siguió haciendo llamadas hasta salir a las 20.00 del Palau en dirección al Cecopi.
Fue a las 19.43 cuando Mazón y Prados pudieron hablar, durante 48 segundos. La última llamada de la exconsellera llegó a las 20.10, un minuto antes del envío de la alerta. “¿Usted me quiere decir que esa llamada no fue para decir ‘consellera, envíe el Es-Alert?'”, le ha preguntado el diputado de Sumar Alberto Ibáñez. “Ya ha quedado demostrado en sede judicial, bastantes minutos antes la decisión ya estaba tomada”, ha respondido el president valenciano.
Mazón ha admitido que a las 19.43 desde el Cecopi le informaron de que se estaba planteando avisar a la población, aunque era por la presa de Forata y no por el Poyo, y sería un mensaje a través de “SMS y radiotelevisión”.
“Que pudo haber más víctimas o más daños en función de la ubicación geográfica donde yo hacía las llamadas me parece un insulto a las víctimas”, ha asegurado también, en este caso en respuesta a la representante de Podemos, Ione Belarra.
Belarra le ha trasladado que era “evidente” que Pradas quería recabar su visto bueno sobre el envío del mensaje de alerta a los móviles, que finalmente llegó a las 20.11, tarde para la mayoría de las víctimas. Mazón ha pedido “no especular” sobre la intención de Pradas con aquellas llamadas. “En ningún momento se recabó mi autorización para enviar el Es-Alert. Se envió cuando los mandos operativos entendieron que era el momento adecuado para hacerlo”.
“Nada hubiera cambiado si yo hubiera estado en el Cecopi”, ha recalcado. Además, ha negado que exista un protocolo sobre el envío del mensaje de alerta a los móviles.
“Nadie avisó” del peligro del barranco del Poyo
Mazón ha negado tener la “capacitación, habilitación o competencia” para dar órdenes en la gestión de la dana, cuando hay técnicos con “30 años de experiencia” en el Cecopi. “No es el presidente de una comunidad el que tiene que dar instrucciones operativas o de gestión, sería una temeridad”, ha afirmado. “Yo me moriría del miedo si las instrucciones operativas tuviera que darlas el máximo responsable político”.
Como ya hizo en la comisión de investigación de Les Corts, ha insistido en que “nadie avisó” del peligro de desbordamiento del barranco del Poyo, que causó la mayoría de las 229 víctimas de la dana. Ni la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ni la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ambas dependientes del Ejecutivo central, ha añadido.
La reunión del Cecopi se convocó a las 17.00 únicamente por “el foco de Utiel”, una de las primeras localidades en sufrir las inundaciones, y más tarde creció la preocupación por el desbordamiento o rotura de la presa de Forata, pero “no hubo nada de información sobre el barranco del Poyo” y la que había -proporcionada por la CHJ- era “tranquilizadora” hasta “bien avanzada la tarde o la noche”.
“La Aemet seguía ratificando que a las 18.00 la tormenta se iba a desplazar a la serranía de Cuenca” y previó que caerían “180 litros” de lluvia, cuando llegaron a ser casi 800. “Si la Aemet no puede prever, no se dimensiona igual la respuesta a la emergencia”, ha criticado.
“No éramos conscientes de lo que se estaba fraguando para el Poyo, nadie pudo preverlo, nadie dio la información en tiempo y forma”, ha insistido. “Exclusivamente por la situación de Utiel se movilizó a la Unidad Militar de Emergencias”. También ha añadido que creían que la reunión del Cecopi sería “corta” y que “a las 18.00 se acababa todo”. “Probablemente a las 15.00 podría haberme desplazado a Utiel”, ha reconocido.
Esperaba “información veraz, verificada y técnica” para actuar
Varios diputados han preguntado a Mazón por qué mantuvo su agenda y su comida en El Ventorro cuando ya a mediodía y primera hora de la tarde había cientos de llamadas al 112 sobre desapariciones y la televisión autonómica, À Punt, informaba en directo sobre el desbordamiento del barranco del Poyo en Chiva y de otros cauces.
El jefe del Consell ha señalado que dependía de la “información veraz, verificada y técnica”, que se recoge de “los cuerpos operativos desplegados y de las informaciones de las agencias del Gobierno”. “Cuando uno está en contacto con las personas del Cecopi, tiene la información que está llegando verazmente”, mientras que “la sobreinformación puede alterar la capacidad de tomar las mejores decisiones posibles”.
“Nadie sabía que la gente se estaba ahogando”, ha manifestado, en respuestas a Alberto Ibáñez, quien ha recordado las intervenciones de algunas víctimas en el Congreso en las que relataban la muerte de sus familiares ya a las 17.00 y 18.00 de la tarde, mientras el president comía en El Ventorro.
Mazón también ha admitido que a la comida en el restaurante acudió con sus escoltas pero salió del encuentro, de más de tres horas, sin ellos. Preguntado por si se cambió de ropa entre la comida y la llegada al Cecopi, asegura que se puso un jersey, que lleva siempre en la mochila cuando hace frío.
Duros interrogatorios de los diputados: “Ojalá pague con cárcel”
Durante la comparecencia se han dado tensos interrogatorios por parte de algunos diputados. El representante de ERC, Gabriel Rufián, le ha mostrado fotos de algunas de las víctimas y ha recogido sus testimonios, para después tacharle de “inútil, mentiroso, incapaz, miserable, homicida y psicópata“. “Ojalá pague con cárcel lo que ha hecho”, le ha espetado.
Mazón, por su parte, ha defendido que “hay que entender a todas las víctimas, las que se manifiestan y que no”, y ha acusado a Rufián y a otros grupos de “vetar” a algunas asociaciones de víctimas. “Siempre he tenido la puerta abierta y les he tendido la mano, yo no he hecho reuniones selectivas de víctimas”.
Belarra le ha acusado de “mala persona” y le ha acusado de ser “el responsable de 229 muertes”. Mientras, el representante socialista, Alejandro Soler, le ha preguntado si “puede dormir por las noches”. “No hago más que darle vueltas a qué pudimos hacer mejor”, le ha respondido.
También ha asegurado que es el “único” que ha hecho autocrítico. “Soy el único que ha pedido perdón, soy el único que ha renunciado a su responsabilidad“, ha subrayado.
Manifestantes de varias asociaciones de víctimas han viajado desde Valencia para seguir la comparecencia en el exterior del Congreso y pedir prisión para Mazón. Ha sido una comparecencia “indignante”, ya que el presidente ha respondido “con evasivas” y no ha dicho “la verdad”, según Toñi García, quien perdió a su marido y a su hija en las inundaciones. “Es un personaje sin ningún tipo de sensibilidad”, ha aseverado por su parte Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación Víctimas Mortales Dana 29-O.





