Nos une la desesperación.

Por qué “educar a los jóvenes para el futuro” no es una buena idea.

Dentro de un país tan polarizado como el nuestro, un asunto, ¡menos mal!, nos une al menos a prácticamente todos: el rechazo a las sucesivas reformas educativas.

Hoy hablaré del mayor defecto que nadie percibe cuando se disputa acerca de las leyes de educación, siempre juzgadas.

No porque sean malas o buenas: incluso las críticas se enfocan desde el lado equivocado. Cada aspecto legislativo tiene lo suyo, según quién gobierne: la izquierda suele tirar hacia un intento de mejora social, del que ya hablaremos más adelante, para formar ciudadanos muy buenos. La derecha tiende a proyectar una educación válida para el mercado laboral, para formar trabajadores muy buenos.

You must be logged in to post a comment Login