La diáspora española en Reino Unido grita: ¡Basta ya!.

La protesta del personal de la embajada y los consulados de España en Reino Unido ha dado un giro trascendental en los últimos días. Los trabajadores afectados siguen a la espera de una propuesta firme del Gobierno socialista, pero ya no están solos en el frente de la lucha para mejorar sueldos y condiciones de trabajo. Representantes políticos y comunitarios de la diáspora subrayan que la manifestación convocada este sábado frente a la embajada de España, en el distinguido barrio de Belgravia, es un acto en defensa de los derechos de la ciudadanía a servicios adecuados cuando residen fuera del Estado.

Además, el eco de la huelga londinense en reivindicación de condiciones dignas para los contratados en el exterior por la Administración española se escucha ya en Bélgica, Países Bajos y Australia, entre otros lugares. “Queremos atraer la atención de la comunidad española en Bélgica sobre las pésimas condiciones en las que también se ve obligado a trabajar el Personal Laboral en el Exterior (PLEX) de nuestro Consulado General y que le impiden poder prestar el servicio de calidad que la ciudadanía española en este país se merece”, afirma el comunicado que los administrativos de Bruselas emitieron días atrás en solidaridad con sus colegas de Londres, Manchester y Edimburgo.

Las demandas y las denuncias de precariedad laboral se repiten en las sedes diplomáticas y consulares españolas. Los trabajadores piden un incremento de sus sueldos, que llevan congelados desde la crisis de 2008, la homogeneización de la retribución en cada categoría y el reconocimiento de la antigüedad en el puesto, entre otros puntos comunes. El casi centenar del personal contratado en Reino Unido reclama además el derecho a disfrutar del régimen de la seguridad social española, ante el detrimento de las prestaciones y la futura pensión que la mayoría experimenta debido al Brexit.

“Las peticiones son muy justas. Es una reclamación de justicia. No se puede tener a ninguna persona trabajando en la precariedad”, afirma a Sylvia Ordás, presidenta de la Coalición de Españoles-Asociación de Residentes en Reino Unido. Ésta y otras organizaciones han adoptado y adaptado el lema de la manifestación de este sábado en Londres, que la asamblea de trabajadores mantuvo en pie pese a los avances logrados en el pulso con el Ministerio de Exteriores que dirige José Manuel Albares.

“La manifestación es para la ciudadanía, para hacer oír nuestros derechos y para que llegue a Madrid el mensaje de que ¡ya basta! Venimos a quejarnos, a demandar al Gobierno nuestro derecho a renovar el pasaporte y hacer otros trámites en el consulado”, puntualiza Ordás a título personal.

La huelga indefinida se redujo a un paro de una hora semanal tras una reunión del comité con la directora general del Servicio Exterior, a finales de abril. “Lo que han ofrecido no lo arregla todo y no descartamos que tengamos que reorganizarnos de nuevo, pero estamos ahora en periodo de paz y debemos ser cautos para no perturbar el buen ambiente”, señala un portavoz de la asamblea de trabajadores.

La concentración frente a la embajada marca 55 días desde el inicio de la acción directa y ocho jornadas esperando a que el Gobierno detalle su oferta y cumpla lo prometido. “Me siento esperanzado de que todo salga adelante. Falta más trabajo por hacer para que el Servicio Exterior mejore también para los ciudadanos”, agrega. El consulado de Londres se considera el “punto más débil” del servicio diplomático. Albares reconoció el problema y se comprometió a solucionarlo en su primera visita a la capital británica como titular de Exteriores, el pasado verano.

La sede consular ocupa dos típicas viviendas inglesas, de pasillos y escaleras estrechos, con despachos habilitados en las antiguas cocinas, dormitorios o sótanos, escasas herramientas tecnológicas y acceso complicado para sillas de ruedas y coches de bebés. “No pasaría las medidas de seguridad en ningún otro país europeo”, dice Ordás. Parece que prosperan las gestiones iniciadas para asegurar un edificio más apto para oficinas y servicios al público y algunos prevén la mudanza para finales de año o mediados de 2023.

De acuerdo con miembros del PLEX, se trabaja en Londres en condiciones inaceptables, con mucha presión y mal ambiente en la relación con el público. “Nosotros no tenemos la culpa. La gente llega alterada porque lleva meses tratando de reservar cita y estalla cuando los papeles están mal hechos y le dicen que ha de pedir otra cita”, argumentan.

You must be logged in to post a comment Login